Mi profesor de traducción solía decirnos «la profesión del traductor no es una profesión glamorosa». Claro, ¿quién está ahí para aplaudirte y hacerte fiesta porque por fin encontraste el término correcto o la forma adecuada de expresar algo? Nadie (bueno, quizás uno que otro familiar o colega cercano, si tienes suerte). Celebras solito tu gran hazaña detrás de la pantalla. Yo misma me he visto en la situación, como buena novata, de recibir un correo electrónico de una persona o agencia requiriendo mis servicios y querer decirle a medio mundo lo importante y útil que me siento. Pero a nadie ─o a muy pocos─ les interesa este tipo logro. No es como que hayas logrado llevar a cabo una cirugía compleja, o hayas ganado un premio por tu actuación en una película. No. Somos los que estamos detrás de las cámaras, detrás de las pantallas, detrás de las letras. Somos los que permitimos que las cosas ocurran, que la comunicación ocurra. ¡Ups! Ya comencé con mi complejo de dios…
Conseguir el éxito en esta profesión parece misión imposible para muchos, en especial para los que recién comienzan. Estamos sumergidos en un mundo que nos insiste que los trabajos independientes no llegan a buen puerto, que no hay trabajo como traductor, que tendremos que irnos del país, que, tal vez, sólo tal vez, nos darán una oportunidad en algún crucero u hotel. ¿Te has puesto a pensar en la inmensa cantidad de textos que existen y, aún más increíble, la cantidad de textos creándose o por crearse? Con un mundo completamente globalizado, conectado, es imposible que se prescinda de la traducción. Y recalco la palabra «imposible» porque incluso yo he caído en ese estado casi aletargado de creer que no hay nada, que estoy en un desierto sin agua, sin comida, sin oportunidades.
Es importante recalcar el punto de la globalización pues, aunque no lo creas, todavía hay empresas que pretenden surgir sin contar con traductores para traducir su contenido o, peor aún, utilizando traducciones automáticas. ¡Que la suerte los acompañe! Ten en cuenta que muchas veces tendrás que verte en la situación de explicar por qué necesitan un traductor humano y de calidad… Y podrás darte el lujo de mostrarles tanto ejemplo exista de personas que creyeron que lo que cuesta poco sale barato…
El éxito, en cualquier ámbito, es muy distinto para cada persona. Desde lograr que tu página web tenga una visita, hasta lograr ganar mucho dinero, o premios, o lo que se te ocurra. Pero una cosa es cierta: el camino al éxito es difícil, requiere de mucha constancia, mucha paciencia, mucha fe en ti mismo, en moverte, no parar.
Recuerdo hablar con una excompañera quien se quejaba de no encontrar trabajo aún, después de haberlo intentado tanto… yo estaba dispuesta a darle todos mis consejos, con mi tan corta experiencia, porque ¡vaya! ¿Intentar tanto para nada? Hasta que le hice la pregunta del millón: «¿y por cuánto tiempo lo has intentado?» a lo que me responde «dos semanas». ¡¿Dos semanas?! Pensé que era una broma. Yo entonces llevaba cuatro meses intentándolo, mandando CV a cada una de las propuestas de traducción que calzaran con mi perfil, cuatro CV como mínimo por día y, recién después de cuatro meses, algo me estaba surgiendo, algo me está surgiendo, no llueve, pero gotea.
Ya hasta me divierte cada vez que me llega una respuesta de un posible cliente de algún mensaje que habré mandado ya no recuerdo cuándo. Le digo a mi pareja: «oye, me llegó respuesta de algún trabajo al que postulé», «Mañana quieren llamarme por Skype para hacerme una entrevista de algo que postulé hace como dos meses y ya ni recuerdo qué es». Y pensar que hay gente que se frustra a las dos semanas de intentar. ¡A mí todavía me llegan respuestas de pruebas que hice meses atrás! Hasta he leído de traductores que les llega una respuesta de una postulación que habían hecho ¡un año atrás! La cosa es no quedarse sentado esperando una respuesta a la única publicación de trabajo a la que has postulado. Y peor, frustrarte si te dicen que no, gracias. No lo hagas.
Hay días coloridos ─hoy es uno de ellos, por fin─ donde te sientes inspirado y querrás traducirle hasta la novela turca a tu mamá, porque todo es posible en esos días, así como días grises, muy grises, donde sólo te preguntas por qué no te dedicaste a la salud como tu familia quería. Lo importante ante todo esto es estar seguro de estar haciendo lo que realmente quieres y amas y esto tarde o temprano (¡temprano, ojalá!) te llevará al éxito. Jamás pierdas tu tiempo en algo que sabías de un inicio que no te gustaba.
Mi camino está también recién comenzando, pero me pareció importante demostrar que no es necesario esperar muchos años para empezar tener éxito, como se suele decir en nuestra profesión. Lo puedes crear ahora, paso a paso, lento pero seguro. Sólo no dejes de intentarlo, todo suma.
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